¿Quieres ser mi cliente? ¿Podrías? (3)
¿Quieres ser mi cliente? ¿Podrías? (3)
Durante la ponencia que fui
invitado a impartir a los alumnos de Marketing y Publicidad del CFP Juan XXIII apareció
el tema del Inbound Marketing, una filosofía de base tecnológica más humana,
interactiva y win-win de hacer
negocios que se apoya en la evidencia de que hoy son los clientes quienes tienen el poder. Pero este gran poder
también conlleva una gran responsabilidad, que diría el tío de Spiderman.
Todos somos a la par vendedores y clientes.
No podemos hablar de win-win si nuestro perfil de cliente no
está alineado con nuestro perfil de vendedor. No está bien exigir más de lo que
estamos dispuestos a dar. Y por respeto a nosotros mismos no debemos ofrecer
más de lo que, a cambio, estemos dispuestos a pedir.
Desde mi punto de vista,
la orientación a tu buyer persona ha
de ser una vía bidireccional, pues si es cierto (y más antiguo que el inbound) que para vender hay que ponerse
en el lugar del cliente, también lo es que el
cliente que empatiza con la labor del vendedor obtiene más valor con lo que
adquiere al facilitar el trabajo de éste y ofrecerle más espacio y tiempo
para optimizar la venta.
Si el Inbound Marketing
enfatiza el “dar para recibir” ofreciendo al prospecto contenidos gratuitos
relevantes con trasfondo formativo, es de recibo por parte del potencial
cliente responder con interés y aplicación al contenido del que tira (pull) y reconocer así a su proveedor el empeño
de convertirse en su “seller persona”
ofreciéndole a cambio algo más que un buzón de email filtrable.
O dicho de manera más
clara: todo el trabajo que supuso esta ponencia y el que supondrán los
artículos periódicos donde se desarrollará solo tendrá su retorno de inversión cuando estos estudiantes se conviertan
en Clientes ideales: profesionales capaces de elaborar un brief o una orden
de compra claros, concisos, orientados y sensatos que no requieran de su
proveedor, de su “seller persona”, el
hacer más trabajo del que le compete y pueda facturar. Y entonces quizá yo sea
uno de los afortunados proveedores que pueda tenerlos como Clientes.
Para empatizar con sus
futuros proveedores, pienso, el mejor camino es ponerse en su lugar o, al
menos, intentar acercarse al máximo: conocerse
y reconocerse como producto; saber, de primera mano, lo que cuesta descubrir
qué quieren obtener de sí mismos y definirlo en una propuesta aceptable.
Pronto se enfrentarían a
elegir grado, aplicar a posibles becas, a un trabajo complementario a los
estudios y, por consiguiente, al currículum vitae.
Este era uno de los objetivos de la ponencia: Antes del CV pasar la IPV; identificarse,
posicionarse y valorarse.
“Antes
del CV pasa la IPV” Presentación de Paco Marín a los alumnos del CFP Juan XXIII
de Alcorcón
El despertador interior: la ilusión
Recopilar, ordenar,
sintetizar, redactar las ideas a transmitir y diseñar las 70 slides de la
ponencia me robó algunas noches de sueño pero también me dio otra razón para querer levantarme cada mañana.
Una ración extra de ilusión que se convirtió en protagonista de la segunda de
las revisiones a pasar en la IPV: si
la “I” nos proponía una tarea de (auto) Identificación
desde la “Matriz de Haldane” (ver artículo anterior), la “P” nos prepara para
encontrar nuestro Posicionamiento
desde la perspectiva del Ikigai.
Pedir a unos alumnos
ocupados y preocupados en resolver sus exámenes finales que mediten sobre el
sentido futuro de sus vidas mientras encaran su acceso a estudios superiores
puede parecer un despropósito –lo es, me dice mi hijo–. Pero mirado desde la
perspectiva de quienes llevando más de treinta años de profesión a las espaldas
afrontarán un horizonte incierto de otros veinte, tiene mucho sentido: vivimos (y
ellos vivirán) tiempos en que ni los empleos ni las profesiones serán duraderos
y donde las bases del carácter y la actitud, más que nuestros logros
académicos, definirán nuestro desempeño profesional y nuestra remuneración
laboral.
Aunque tengamos que
ganarnos el pan, hemos venido a este mundo a VIVIR, cada día, una vida feliz,
con sentido (no consentida) y en sociedad; este sentido de la vida de los
filósofos estoicos tiene su reflejo en los cuatro principios del taoísmo chino “fú shòu kāng níng”: felicidad, longevidad para prolongarla, salud
para disfrutarla y paz interior para
compartirlas.
Cuatro activos por los que cualquier CEO firmaría
ya para incorporarlos a su
empresa: satisfacción del personal, proyección del negocio, tesorería saneada y
disponibilidad para trascender e innovar.
Cuatro entelequias, en
cambio, para un estudiante de final de curso que en su short list de prioridades tiene la EvAU, las notas de corte, las
carreras a elegir, los créditos a pagar y las merecidas vacaciones (si no se
las chafa la EvAU).
Cuestiones prácticas a
las que se enfrenta y que, paradójicamente, desde hace siglos tienen respuestas
filosóficas:
– – Una vez acabados mis estudios querré ganarme la
vida; ¿qué elijo para estudiar?, y entre tantas profesiones ¿hacia cuál apuntar
donde me realice y me asegure un futuro?
–
"Elige un trabajo que te guste y no tendrás
que trabajar ni un día de tu vida", decía Confucio.
– – ¿Y qué trabajo me gustaría? ¿qué quiero ser?
¿acertaré al elegir?
–
"La respuesta está en el corazón de tu ser.
Sabes quién eres, y qué quieres", respondía Lao Tsé.
– – Vale, Sifu; casi que me voy a ir yendo a buscarlo en algún canal de YouTube
“Posicionamiento:
Encuentra tu propósito vital” Presentación de Paco Marín a los alumnos del CFP
Juan XXIII de Alcorcón
Encontrando el influencer
que todos llevamos dentro
Es en esta encrucijada
donde buscar el ikigai puede ayudarnos con nuestro posicionamiento vital: ese
lugar al que todos aspiramos, que nos
motiva a levantarnos por la mañana, cada mañana, y que nos permite dormir,
satisfechos, cada noche.
Aunque el ikigai es un concepto de la vida oriental
intuitivo y abierto, Internet lo ha viralizado como un práctico grafismo al
estilo occidental: definido, cerrado e incompleto. A cambio sitúa claramente
ese estado de felicidad y auto-realización en una posición equidistante entre cuatro cuestiones cardinales: entre lo que
amamos hacer y aquello por lo que nos pagarían, entre lo que sabemos hacer bien
y lo que el mundo necesita.
Esta visión tiene su
origen en 2009, cuando Dan Buettner
presentó una ponencia en TED: “How to
live to be 100”.1 En su charla, compartía los 9 hábitos comunes
de dieta y estilo de vida que proporcionan una vida larga, saludable y activa en
diferentes comunidades del mundo, entre ellas la isla de Okinawa, donde
personas ancianas alcanzan una edad récord con vitalidad y vigor.
Cinco años más tarde esta
charla había inspirado a Mark Winn quien
sintetizó sus experiencias en la búsqueda y asesoramiento sobre el ikigai en un diagrama2 que se
ha replicado, más o menos sin cambios, por todo el mundo3. Diagramaque me permití personalizar incrementando sus niveles y que reproduciría meses
después en una de las slides de la
presentación a los alumnos de Marketing y Publicidad del CFP Juan XXIII como un
entramado de diagramas de Venn en forma de pétalos de la flor del loto –símbolo de pureza, longevidad y del resurgir
desde el estancamiento–.
“Ikigai” infograma
inspirado en el de Mark Winn para la presentación de Paco Marín a alumnos del
CFP Juan XXIII de Alcorcón
Las representaciones típicas del ikigai muestran unas zonas vacías; tierras de nadie en
donde, si ponemos el foco, parece que, en lugar de sumar, restamos: si solo nos
centramos en la remuneración nos sentiremos vacíos; si lo hacemos únicamente en
lo que necesita el mundo viviremos en la incertidumbre; abstraídos en lo que
amamos, aunque felices, nos empobreceremos; y si solo nos contentamos con
quedarnos en nuestra zona de confort haciendo lo que sabemos hacer quizá nos
preguntemos mañana qué hemos aportado o
qué diferencia hemos marcado con lo que hicimos ayer, cuál ha sido nuestro
legado para ese día.
Mi diagrama intentaba
ayudar a responder de manera más positiva esas cuatro cuestiones cardinales, situando en las intersecciones los
aspectos en común entre las fuerzas que tiran de nosotros, e identificando en
las intersecciones sucesivas las actitudes y aptitudes con que podemos
responder ante ellas y que, en parte, ya habríamos obtenido al aplicarnos la“Matriz de Haldane” del capítulo anterior.
“Ikigai” Infograma
inspirado en el de Mark Winn para la presentación de Paco Marín a alumnos del
CFP Juan XXIII de Alcorcón
Disfrutar con pasión lo que
hacemos por obligación
Si partimos del objetivo final, en el centro, al juzgar el resultado de nuestra actividad de cada día vemos que estaríamos sujetos a fuerzas aparentemente opuestas y divergentes: Los ejes “pasión <—> profesión” y “vocación <—> obligación” son vectores con polos tradicionalmente divergentes entre los que existe una tensión:
Si partimos del objetivo final, en el centro, al juzgar el resultado de nuestra actividad de cada día vemos que estaríamos sujetos a fuerzas aparentemente opuestas y divergentes: Los ejes “pasión <—> profesión” y “vocación <—> obligación” son vectores con polos tradicionalmente divergentes entre los que existe una tensión:
se hace difícil conciliar
obligación (ganarse el pan) y vocación (autorrealizarse).
“Ikigai” Infograma
inspirado en el de Mark Winn para la presentación de Paco Marín a alumnos del
CFP Juan XXIII de Alcorcón
Incluso trabajando en lo
que a uno le gusta, profesión y pasión no siempre van de la mano. En tiempos de
Confucio, imagino, no existía aquello de “Amo
mi profesión, pero odio mi trabajo”; no es lo mismo ejercer una profesión
que trabajar en ella cada día teniéndola como razón para levantarse cada
mañana. Afortunadamente, y cada día más, van apareciendo nuevas profesiones; ¡incluso
te puedes inventar una a medida! si eres lo suficientemente emprendedor.
A ello te puede ayudar el siguiente nivel del diagrama:
afición, habilidades, cualificación y compromiso. Y, ¡bonus!, una vez definas los contenidos de estos cuatro pétalos tendrías
resuelta una parte importante de tu curriculum; si nos seguimos guiando por el
Europass CV:
- Tu cualificación recoge tanto tu “formación” como la “experiencia profesional” que hayas podido acumular.
- Tus habilidades pueden responder a las “competencias” comunicativas, organizativas, gestoras, profesionales, digitales…
- Tus aficiones y compromisos seguro se habrán materializado ya en actividades, seminarios, cursos, afiliaciones, publicaciones e incluso distinciones que puedes incluir en la “información adicional”
“Ikigai” Infograma
inspirado en el de Mark Winn para la presentación de Paco Marín a alumnos del
CFP Juan XXIII de Alcorcón
La prospección del propósito
Al quid de la cuestión, el propósito vital, el empleo, el puesto o la función a lo que se ha de aplicar cuando se busca trabajo, el objetivo profesional, o al propósito del proyecto a emprender se llega respondiendo a cada una de las cuatro preguntas exteriores, elaborando sus listados respectivos y encontrando las coincidencias entre ellos. De ahí se puede inferir qué cosas te gustan, cuáles te hacen comprometerte y con cuáles puedes contribuir de manera eficiente, efectiva y remunerable a lo que tu entorno requiere.
¿Qué amo, o mejor, qué me
apasiona? Aquello a lo que
recurro con gusto regularmente. Para responder a esta pregunta primero he de
diferenciar entre mis intereses y mis motivaciones y cuáles de ellos se
han desarrollado con el tiempo hasta convertirse en mis aficiones.
¿Qué hago bien, pero bien, bien,
bien? Aquello para lo que
estoy capacitado y, además, me gusta. Entre mis intereses hay algunos que se suman a mis capacidades haciendo destacar algunas de mis habilidades.
¿Qué está dispuesto a pagar el
mercado que yo pueda ofrecer?
De la suma de mis capacitaciones y mis contribuciones obtengo una experiencia y de ella mis cualificaciones. Habré de cruzarlas con lo que el mercado está
demandando profesionalmente y ver dónde coinciden.
¿Y qué necesita el mundo que
esté en mi mano dar? El voluntariado, el dedicarse a algo más
grande que uno mismo requiere compromiso
y este se nutre de aquello con lo que pueda contribuir y para lo que esté realmente motivado.
En resumen, encontraré la razón para levantarme cada mañana y la satisfacción por lo realizado al
acostarme cada noche si:
- Encuentro mi vocación entre las habilidades a las que soy aficionado y practico con frecuencia
- Siento pasión por ese hábito hasta hacer de él un compromiso
- Mantengo la obligación de responder a ese compromiso cualificándome
- Y puedo hacer de ello mi profesión cobrando un sueldo o facturando por ello.
Situando tus gustos, motivaciones, capacidades y contribuciones en este
diagrama conceptual verás cuáles se sitúan, por ejemplo, más lejos de tus
intereses personales y más cerca de los económicos. Cuáles concilian lo laboral
(remuneración) con lo profesional (carrera), lo vocacional (afición) o lo
social (voluntariado). Y cuáles están más cerca de cumplir con tu propósito
vital, aquello que te recompensará a diario y que querrías legar como tu
contribución al mundo.
Trabajar felizmente en lo que te gusta siendo útil, reconocido y remunerado
por ello no es fácil ni será un estado permanente, aunque tampoco es imposible cuando
encuentres tu ikigai, tu “razón de ser”.
Y en medio de toda esa tensión provocada por intereses contrapuestos se
impone una negociación. En este caso una negociación
contigo mismo, para la que habrás de fijar tus ideales y tus límites,
anticipando las concesiones que estés dispuesto a hacer y las compensaciones
que quieras recibir a cambio de no conseguir todo lo que quieres.
Pero eso es tema de otro capítulo en el que para negociar primero hemos de
conocer con qué y ponerle un precio.
Hasta entonces, gracias
de nuevo por tu atención. Si no viste los capítulos anteriores puedes
encontrarlos aquí:
https://www.linkedin.com/pulse/quieres-ser-mi-cliente-podr%25C3%25ADas-3-paco-mar%25C3%25ADn
Y si te ha gustado o te parece útil e interesante… ¿crees
que se merece compartirlo? por favor, hazlo. ¡¡¡También busco clientes entre
los profesionales de hoy!!!
Y si no te ha gustado o discrepas en algo, por favor, cuéntamelo también para que lo discutamos y aprenda. Gracias!
Paco Marín · SuS y mi Paco
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(3)
Una aproximación infográfica muy original e interesante es la que propone David
McCandless, donde amplía las áreas de interacción/intersección y reinterpreta
las áreas vacías introduciendo los conceptos de “oportunidad para crecer y dar
servicio”:
https://informationisbeautiful.net/visualizations/ikigai-japanese-concept-to-enhance-work-life-sense-of-worth/
https://informationisbeautiful.net/visualizations/ikigai-japanese-concept-to-enhance-work-life-sense-of-worth/
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En ʚɞ symp (SuS y mi Paco) hacemos creatividad freelance recomendada
por emprendedores, empresas e instituciones.
En nuestro nuevo sitio web encontrarás información actualizada y anécdotas
sobre la realización de éste y más de un centenar de trabajos en identidad corporativa,
presentaciones, catálogos, copy, arte final, banners, posts, diseño web, packaging, etc.
sobre la realización de éste y más de un centenar de trabajos en identidad corporativa,
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Y también algo de entretenimiento formativo.
Gracias por tu atención e interés.
Si crees que podemos ayudarte con tu proyecto, campaña, cometido… cosa…
aquí nos tienes.
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